Javier Pérez Royo
En la Audiencia Nacional se funden la "preconstitucionalidad" y la "constitucionalidad" como en ninguna otra institución. Con Mariano Rajoy como presidente del Gobierno el deslizamiento por la pendiente de la preconstitucionalidad va a ser casi inevitable. Pedro Sánchez sabrá si quiere acompañarlo. Juzgado Central de Instrucción es una contradicción en los términos. En el poder judicial de un Estado democrático únicamente debe haber un órgano “central”, es decir, un órgano cuya jurisdicción se extienda a todo el territorio del Estado, que es el Tribunal Supremo. La jurisdicción de todos los demás órganos tiene que ser territorialmente limitada. La Audiencia Nacional excepciona la vigencia de esta norma. La Audiencia Nacional, uno de cuyos jueces centrales de instrucción decidió el pasado lunes el ingreso en prisión sin fianza de los presidentes de la ANC y de Òmnium, es por tanto una anomalía democrática, que únicamente se explica por la confluencia durante la Transición de la herencia del régimen del general Franco y del terrorismo de ETA. Sin el Tribunal de Orden Público de infausta memoria no existiría la Audiencia Nacional. Sin el terrorismo no solamente de ETA, pero fundamentalmente de ETA, tampoco.