Carlos Elordi
¡Cogito ergo sum! |
En España la política se ha acabado. No hay más que juegos de manos que no engañan a nadie ni llevan a nada. Y campaña electoral. Permanente, la misma que desde hace años. Todo lo demás está paralizado. En primer lugar, la actividad parlamentaria y el presupuesto, dos pilares básicos del funcionamiento del sistema. Luego el debate, político, sobre el sistema autonómico y su financiación, sobre las pensiones, sobre los graves problemas de la economía y el modelo económico y sobre muchas cosas más. Todo está parado y sin viso alguno de que se mueva algún día. Porque el problema es de fondo y solo se aliviará si empiezan a aplicarse soluciones de fondo. En el terreno de la política, por supuesto.