Anoche mismo URAK hablaba del 'embrutecimiento' de nuestros mayores (AD)
Ningún país de nuestro entorno ha llegado tan bajo. Que el debate político español se limite a hablar de los títulos de Pablo Casado, del chalet de Pablo Iglesias e Irene Montero o de los tuits que hace años publicó el nuevo presidente de la Generalitat es el más claro indicador del desastre al que hemos llegado, aunque pocos parecen darse cuenta de ello. Que el periodismo se ocupe de esos asuntos es normal, porque son noticia. Pero que los dirigentes políticos los utilicen como único instrumento de la pelea con sus rivales es patético. Porque confirma que no tienen nada que decir sobre las dramáticas crisis, políticas e institucionales, que vive España. Y que la suerte de las elecciones se vaya a dirimir en base a eso da miedo. Porque sugiere que vamos a seguir igual por mucho tiempo. O peor.