Javier Pérez Royo
Podemos ha sido un paraguas que ha dado cobertura a múltiples opciones políticas condenadas cada una de ellas por sí sola a la marginalidad cuando no a la completa irrelevancia. El argumento de que Pablo Iglesias ha aguantado y que han sido los líderes "territoriales" los que no lo han hecho, es un argumento falaz. Aquí no ha aguantado nadie, porque lo que se ha puesto en cuestión es el proyecto político que el paraguas Podemos representaba. Podemos no ha dejado de ser el motor de transformación de este país, porque no lo ha sido nunca. Pensar que lo era no le ha reportado ningún beneficio. Todo lo contrario. Ha inducido a la dirección a cometer errores que han situado al partido al borde de la disolución. Es posible que la disolución se pueda evitar, pero ello exige reflexionar sobre lo que ha sido y sobre lo que no ha sido Podemos y, a partir de dicha reflexión, diseñar una estrategia realista acerca de las posibilidades y límites de un partido que pretende representar políticamente a la izquierda no socialista del país.