MLFA
La lideresa de la PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca) abandonará el ayuntamiento de Barcelona en 2023. ¡Que le quiten lo bailao!
Hay dos factores que resultan demoledores para un gobernante: la inseguridad ciudadana y el colapso de la economía (ya lo dijo el promiscuo Clinton: ¡Es la economía, estúpidos!). Podríamos añadir, en el caso de esta activista iletrada, que "quien siembra vientos recoge tempestades" y que, en ningún caso, sus conmilitones y simpatizantes comparten el cambio de piel de una de las suyas, por mor de vanidades y ambiciones personales. Simplemente se 'benefician' de la pazguata y sus desatinos; más bien diría que intentan beneficiarse, ya que realmente Ada Colau no les ha dado nada que no sea 'comprensión' ante sus desmanes en la calle. Estos resultan insoportables para la ciudadanía barcelonesa de cualquier condición social. Se impone, no es nada nuevo, una política social de vivienda pública; y la exigencia del cumplimiento de las órdenes de desahucio, así como la represión de la 'okupación' de viviendas, ello de forma fulminante. Claro que Ada Colau no es la adecuada para llevar a cabo esta triple exigencia ciudadana; resulta obvio. Hoy se juzga a un joven que, ante la negativa de los vecinos a que 'okupara' una de sus viviendas vacías, pegó fuego al edificio de madrugada, los 23 vecinos resultaron heridos, (algunos de ellos lo fueron de gravedad), y perdieron todas sus pertenencias.
Ada Colau es el epítome de toda una cultura lumpen y el aprovechamiento político de la misma