MLFA
Francisco impartiendo la bendición "Urbi et Orbi" desde la balconada de San Pedro. Fotografía cortesía de la agencia AFP.
El Papa Francisco soportó un sufrimiento indecible para lograr su noble objetivo: ¡Morir con Cristo resucitado! aún con el desacuerdo de alguno de sus médicos de cabecera, testigos de una pre-agonía doliente.