Es consciente de que es el nuevo Hernández Mancha y ha perdido el buen tino, si es que lo llegó a tener. Sigue cavando su tumba; al tiempo que se ocupa del cierre por liquidación del edificio de la calle Génova. Las imbecilidades de hoy no van a ser perdonadas; comienza su agonía política
(La hecatombe en las municipales, autonómicas y europeas, va a ser de apoteosis; su tumba y chanza) |